sino una historia de grandezas trágicas,
de sangre floreciendo en el tormento
sus azucenas que parecen lacras...
¡Clarín de los suplicios cuyas voces
en las generaciones se dilatan!
Toda Idea fué así. ¡Dolor bendito
de heridas que supuran enseñanzas!
Al lado de la Cruz está la Horca,
— y es bueno no quererlas separadas —
¡el leño o el dogal: hablen las épocas,
pues la Cruz y la Horca son hermanas!
Y por eso en la lidia,
camino al porvenir de la Cruzada,
coronando el pendón de las bravuras
los trofeos, aun tibios, se levantan,
como ejemplos viriles anunciados
en la fulguración de la escarlata,
desde sórdidos pulpitos sangrientos
por muertos sacerdotes que aun tronaran
palabras de rencor, hechas conjuros,
predicando el sermón de las venganzas!
Triste labor del Odio,
que desata sus hordas de amenazas,
diciendo su creación demoledora
a las hoscas angustias de la Raza.
Los tremendos instantes de la prueba
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Misas herejes.