Página:Poesías de Evaristo Carriego.djvu/147

Esta página ha sido validada
135
Misas Herejes.

En su instante supremo la frente inclina,
como en su último adiós un bandido
que llorase al pie de la guillotina,
y se fuese después redimido.

...¿Será el miedo, hermano? ¿No oyes como brama
el viento en la calle, tan sola y oscura?...
¡Si supieses! Anoche, junto a mi cama,
con muecas burlonas pasó la Locura.