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Misas Herejes.

LOS LOBOS


Una noche de invierno, tan cruda
que se fué del portal la Miseria,
y en sus camas de los hospitales
lloraron al hijo las madres enfermas,
con el frío del Mal en el alma
y el ardor del ajenjo en las venas,
tras un hosco silencio de angustias,
un pobre borracho cantó en la taberna:

— Compañero: no salgas, presiento
algo raro y ostil en la acera.
... La invadieron aullando los lobos...
Asómate, hermano. ¡La calle está llena!

Son los mismos que espían tu paso
en la sombra sin fin de tu senda,
los que en sórdidas tropas se anuncian
y en horas horribles arañan la puerta...