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Misas Herejes.

...Y ahí están. De pronto vuelven, todos juntos,
a narrarse, en orden, sus melancolías:
pregunta y respuesta, como en contrapuntos
de fúnebres salmos que son letanías.

¡Parece que el alma de los payadores
hubiese pasado por sobre la tropa,
y que, frente a graves jueces gruñidores
está Santos Vega y está Juan sin Ropa!

...¿Qué será ese inquieto pavor tumultuario
que desde la sombra llega, a la sordina?
¡Cómo si rezasen lúgubres rosarios,
de ostiles rumores se puebla la esquina!

Se van galopando... ¿Porque habrán huido?
... ¡Qué sola ha quedado la calle! ¡Qué honda
la pena del ronco furor del aullido!
¿No sientes, hermano? Se aleja la ronda...