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Mas ay! ahora desengaño amargo
Vuelve á arrancarme una ilusión querida,
Que de la patria una esperanza bella
Esteriliza.

¿No basta acaso que el azote duro,
Que la discordia con crueldad agita
Nos arrebate los objetos caros
De nuestra vida;
 
Y unas tras otras abatiendo vaya
Con mano aleve y con cerviz impía
Nobles cabezas, de la patria orgullo,
De Dios benditas?

No: que sin duda en el excelso cielo
Existe amarga maldicion escrita,
De desventuras que apurar debemos
En esta vida.

Y ay! del que duerme entre dorados sueños,
Ay del que en dulces ilusiones fia,
Si una por una, marchitarse todas,
Luego las mira!

Que ese vacío que nos dejan ellas,
Sino hay fé pura en la piedad divina,
Lo siente el alma que en temor y dudas
Triste vacila.

¿No era el consuelo, la esperanza no era,
De aquesta tierra de venturas digna,
Esa existencia que en la tumba vemos
Hoy, abatida?