siguieron á esta composicion las de la señorita Da. Juana P. Manso, la del mas antiguo y justamente afamado de los poetas orientales D. Francisco Acuña de Figueroa, y las de los señores Dominguez, Rivera Indarte, Cantilo, Mármol, de Maria, Talavera, Velásco, Lebrón, Arrascaeta y otros cuyos nombres sentimos no recordar en este momento. Tenemos en nuestro poder las de nuestros amigos D. Melchor Pacheco y Obes y D. Bartolomé Mitre que reservamos para el acto de la traslacion, por no haberlas recibido en oportunidad de darse á la prensa con las anteriores.
El colegio de Humanidades, que regentea en esta capital el ilustrado Dr. Vargas, acordó unos funerales por el eterno descanso de Berro, que se verificaron en la capilla de la Caridad.
El distinguido poeta argentino D. Luis Dominguez, que acabamos de nombrar, proyectó hacer una edicion de las obras del poeta oriental, lo que no verificó por que habiamos emprendido la presente; y el jóven D. Antonio Somellera se consagró á llenar el vacio que nos dejaba la falta de un retrato de Berro; y á lo que él hizo, ayudado de sus solos recuerdos debemos el haberlo cubierto en alguna parte.
Apenas instalada la comision encargada del sepulcro de Berro, le ofertó generosamente sus servicios el hábil arquitecto D. Cárlos Zucchy y mucho deberá esta obra á su importante cooperacion al esmero que pone en ejecutarla el artista oriental D. Salvador Ximenez.