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Y las virtudes y el vicio
En las calladas mansiones
Gocen del blando descanso
Que trae consigo la noche,
Suelta tus rubias madejas
Que por el cuello, sin órden,
Al resbalar blandamente
Al seno cándido toquen,
Entre las palmas ebúrneas
La mustia frente repose,
Y pensamientos de vírgen
Por ella crucen veloces.
Abre este album, muger bella,
Abrele, rápida, entonces,
Que de misterios y amor
Llenas palabras esconde.
Y á la luz trémula y roja
De alguna lámpara inmoble,
Busca en sus hojas, perdido,
Como en el mundo, mi nombre.
Búscalo, si; y al hallarle
Lágrimas tiernas lo mojen
Que arrancarán á tus ojos
Recuerdos ¡ay! matadores.
Recuerdos, no del poeta
Cuya existencia corroe