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De Liropeya así cumple
Yandubayú los mandatos;
Luego tranquilos y juntos
Se van los dos retirando.
Fresca y hermosa es la india,
Bien lo notó el Castellano,
Que por falaces deseos
Y torpe zaña llevado,
Hunde la espada traidora
En el cacique preclaro,
Que cae sangriento y sin vida
De Liropeya en los brazos.
Como la tórtola blanda
Viendo á su amante llagado,
Por el mortífero plomo
Que le echó al suelo del árbol,
Como nunca vidas querellas
Asorda bosques y llanes
Aun á piedad las entrañas
Del cazador exitando;
Así con voces sentidas,
Vertiendo fúnebre llanto
Sobre el cadáver que estrecha
Contra su seno torneado,
La hermosa indígena increpa
Al matador inhumano,