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EL RUEGO DE UNA MADRE
:Jamas negaste tu amparo
- A la inocencia que llora;
- Ay! tú lo puedes, señora,
- Alivia tú su dolor.
Romea.
En bóveda estrecha
De negra capilla,
Al pié de la esposa
De Dios sin mancilla,
Mujer enlutada
Se mira postrada
De hinojos orar.