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Idilio I.

¡Pobre de tí! languidecer te veo.>>
No dió el zagal respuesta;
Mas su pasion funesta
Continuó fomentando
Y de su vida el fin acelerando.
¡Musas del alma mia!
Empezad una agreste melodía.
Acudió la postrera
Sonriendo la Diosa de Citera.
(En su alma sonreía
Y aparentaba fuera
Grave dolor y llanto de agonía)
Y dijo: «¡Triste Dáfnis! Te gloriabas
De triunfar del flechador Cupido.
¿Cómo de Amor vencido
Hoy en el polvo tú la frente clavas?>>
¡Musas del alma mia!
Empezad una agreste melodía.
Dáfnis le replicó? «¡Vénus tirana,"
Vénus odiosa, Vénus inhumana!
¿Conque anunciarme quiere
Tu voz que ya se puso
Para Dáfnis el Sol? Bien; no rehuso
Cumplir con mi destino. Dáfnis muere,
Pero hasta en el Infierno
Dáfnis será de Amor tormento eterno.[1]