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Teócrito

Há poco cincelado,
Tanto, que aún le dura
El olor de la fresca entalladura.
Hiedra de parte á parte
Circunda el labio, hiedra entrelazada
Con la preciosa flor de maravilla;
Y una parra, de púrpura esmaltada,
Serpea más abajo por la orilla.
Adentro una mujer, divina hechura,
Esculpida se mira; en torno al cuello
Graciosa red encierra su cabello;
Flotan al aire manto y vestidura.
A diestra y á siniestra
Hay dos elegantísimos varones
Disputando con ásperas razones.
Indiferencia muestra
Ella, y ya al uno sonriendo mira,
Ya vuelta al otro plácida suspira;
Y en vano de los jóvenes los ojos
Brillan de amor, de celos y de enojos.
Bien esculpida cerca se divisa
Una escarpada roca:
Sobre ella un viejo pescador coloca
Su red á toda prisa,
Y en actitud parece
De lanzarla á la mar: la efigie ofrece
Gran perfeccion; y de su cuerpo todo
Dirias. que los músculos emplea
Para pescar; se le hinchan de tal modo
Las venas del pescuezo, aunque ya sea
De rostro ajado y cano.