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XXIV
PRÓLOGO.

Notables adelantos tipográficos han correspondido en Méjico á los progresos literarios de la nacion, si hemos de estar á lo que revelan las ediciones recientes que tenemos á la vista. El arte tipográfico es natural auxiliar de las letras, y el libro es en el extranjero muestra calificada y verídico anuncio del estado de la cultura de un pueblo. Naturalizada la imprenta en todas las naciones europeas, no tardó en tomar cierta fisonomía peculiar en cada una de ellas; de suerte que las buenas ediciones de Francia, Inglaterra ó Alemania descubren, á la primera ojeada, su particular procedencia. Con el acrecentamiento de la industria y comercio internacional bórranse á menudo estas diferencias: en España, por desgracia, con mengua de su nombre, casi todas las ediciones son ya de estilo frances, y las más esmeradas no tienen aquel sello nacional que se observa en las antiguas preciosas ediciones de Sancha ó la Imprenta Real. Las Repúblicas Hispano-Americanas aún no tienen imprenta propia: no hay en ellas fundiciones de tipos, ni se ha pensado por sus Gobiernos, que sepamos, en el estilo tipográfico con que debe distinguirse cada nacion. Las modernas ediciones mejicanas que hemos tenido ocasion de ver, y particularmente los «Coloquios de Eslava » y los «Bucólicos Griegos,» impresos en tipos elzevirianos, ó de estilo antiguo, son del gusto más puro, y tienen cierto aire original que recomienda el talento del artista. Hace algunos años era tal vez Caracas, en la América Española, la ciudad donde