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reconoce los Dioses que adora su pátria. Presume estar inspirado por un Dios desconocido, ó mas bien no cree en ningun Dios. Corrompe la juventud, enseñandola á despreciar las leyes, y el uso establecido en la eleccion de los magistrados. En fin, con sus consejos les incita á que sean perturbadores de la quietud pública. Sócrates, segun la costumbre observada en los procesos, respondió separadamente á cada uno de los capítulos de acusacion que se habia formado contra él, y concluido el discurso, que puede verse en la apología de Platón, pasaron á recoger los votos de los jueces, que le condenaron á muerte con pluralidad de treinta y tres.
Habia ley en Aténas por la qual el acusado declarado culpable, estaba obligado á confirmar la equidad de la sentencia condenandose á sí mismo, ó á multa pecuniaria, ó á destierro, ó á prision perpetua; pero Sócrates llegado este caso, rehusando constantemente el confesar que era culpable, se dirigió á sus jueces con el ayre de dignidad que le inspiraba su sabiduría y su inocencia, y les dixo: que