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nuestras acciones. Pero los partidarios de la injusticia resumen en sí solos todos los errores capitales que la descarriada razon del hombre pudo inventar para satisfacer sus pasiones: ellos son ateistas, materialistas, supersticiosos, hipócritas, libertinos, para quienes no hay nada bueno ni santo, colocando por único fin de todas sus acciones el satisfacer sus gustos y su propio interés.

(19) Abora no. Platón quiso manifestar en estos discursos la diferencia que hay entre el modo de disputar de un sofista, y el de un hombre honrado. Glaucon y Adimanto son mas modestos, mas civilizados que Thrasimaco, al paso que sus objeciones son mucho mas fuertes y mas convincentes. Á primera vista parece que presentan ellas la apología de la injusticia; pero en realidad encierran la mas sólida refutacion de la teología pagana. Porque el probar, como hace Adimanto, que ella conduce directamente á la hipocresía, es decir, á todos los crímenes revestidos con la apariencia de la virtud, esto es haber demostrado su falsedad. No dudo que éste haya sido el objeto de Platón, y que haya él desplegado con este intento toda la fuerza de su raciocinio, y toda la hermosura de su eloquencia. Con este fin tambien reduxo toda la disputa á manifestar la diferencia esencial del bien y del mal; porque este punto, una vez probado, se llevaria trás sí la ruina del paganísmo, que hacia á los dioses autores y patronos de los mayores desórdenes, y limitaba la religion al culto exterior, á las ofrendas y sacrificios, que nada costaban á la injusticia opulenta. Grou.

(20) Megara. Acaso Megara de Sicilia, en donde pudieron hallarse los hermanos de Platón en los combates que tuvieron los atenienses contra los siracusanos por los años 413 y 414 ántes de Jesu-Christo, 17 y 18 de la guerra del Peloponeso.

(21) Costumbres. Las buenas costumbres y arreglada conducta de un hombre, son una prueba moralmente demostrativa de su justificado modo de pensar; pero no siempre las opiniones justificadas en un sugeto van acompañadas de acciones justas y honestas.