precaver toda equivocacion en materia tan importante, describe el carácter del verdadero sábio, al qual y no á otro conviene únicamente el título de filósofo. En el coloquio sexto prueba que pocas veces nacen hombres de este carácter, y que conspira todo, aun hasta las buenas calidades suyas, á que se corrompa este corto número, en términos de ser muy dificil que puedan ellos conservarse. Objétanle de nuevo que léxos de tener la filosofia bastante fuerza para producir en la sociedad civil tan maravillosa mudanza; se advierte al contrario que el número mayor de los filósofos son malos y perjudiciales á los estados, y los restantes quando ménos son enteramente inútiles. Conviene Sócrates en que esta reprension no carece de algun fundamento, pero añade que de ningun modo debe recaer sobre la filosofia; y para justificarla plenamente distingue los verdaderos de los falsos filósofos, exponiendo las causas de la inutilidad de los primero y de la perversidad de los segundos. Manifiesta en seguida cómo debe educarse el filósofo que se destina para gobernar el
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