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guerreros deben estár sujetos á los magistrados, como los perros á sus pastores.

Soc. Vos comprehendeis muy bien lo que yo quiero decir: mas os ruego que hagais aún otra reflexîon. Glanc. Qué reflexîon es ésta? Soc. Q ue la ira nos parece ahora cosa muy difernte de lo que la hemos creido pronto. Nosotros pensabamos que ella era parte del apetito sensitivo; ahora estamos muy distantes de creerlo, y nosotros vemos que quando se levanta alguna sedicion en el alma, ella toma siempre las armas en favor de la razon. Glauc. Enteramente es así. Soc. Pero es difernte de la razon, ó tienen algo comun de ella; de suerte que no haya en el alma tres, sino dos partes, la racional y la cupiscible? ó mas bien, como nuestra república consta de tres clases, de mercenarios, de guerreros y de magistrados; el apetito irascible es tambien en el alma un tercer principio cuyo destino sea por naturaleza el de ayudar á la razon, á ménos que se haya él corrompido por una mala educacion? Glauc. Necesariamente es un tercer principio. Soc. Muy bien; pero nos es forzoso manifestar que es distinto de la razon, así como hemos demostrado que lo era del apetito sensitivo. Glauc. Esto no es dificil: porque qualquiera puede observarque los niños, casi al punto que han nacido, están muy dominados por la ira. Mas la razon no les llegó aún, y en mi sentir jamás les viene á algunos, y aún á la mayor parte no les llega sino muy tarde. Soc. Par diez