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Soc. Decidme ahora: hacer señal que se quiere una cosa, y hacer señal que no se quiere, apetecerla y aborrecerla, atraerla á sí y rechazarla, son por ventura cosas opuestas, bien sean acciones, bien sean pasiones? porque esto nada importa. Glauc. Téngolas por opuestas. Soc. Ahora bien. El hambre, la sed y en general los apetitos naturales, el deseo, la voluntad, todo esto no está comprehendido bajo el género de cosas de que nosotros acabamos de hablar. Por exemplo, no se dirá de un hombre que tiene algun deseo, que su alma apetece lo que desea, que ella atrae a sí la cosa que quisiera tener, o que en tanto que ella quiere que una cosa le sea dada, le hace señas, por decirlo así, de que se le acerque á manera de persona enamorada (14), por el violento deseo que ella tiene de poseerla? Glauc. Es muy cierto. Soc. Pero el no querer, el no desear, el no apetecer (15), no es por suerte lo mismo que despreciar, y desechar de sí, cuyos afectos del alma son contrarios a los precedentes? Glauc. Sí. Soc. El uno no tiene por objeto la bebida, y el otro la comida? Glauc. Es cierto. Soc. Pero la sed, en quanto sed, es por ventura otra cosa en el alma, que el deseo de beber precisamente? Glauc. No. Soc. La sed en sí misma tiene por objeto una bedida ca-