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sentir, que nos será imposible descubrir exactamente lo que nosotros buscamos: porque el camino que debe conducirnos al término es mucho mas largo. Entretanto, puede ser que el método de que nos valgamos, nos haga conocer la justicia de un modo proporcionado á lo que hemos ya descubierto (13). Glauc. Yo quedaré contento: porque por ahora me parece que esto debe bastarnos. Soc. Tambien á mí me bastará lo mismo que á vos. Glauc. Entrad pues en materia, y no os acobardeis. Soc. En verdad nos vemos precisados á confesar, que los afectos y costumbres de una sociedad se encuentran en cada uno de sus individuos, porque no puede ser sino que de aquí pasaron ellos á la sociedad. En efecto, seria cosa ridicula el creer, que este carácter iracundo y feróz, propio de ciertas naciones, como de los Thraces, de los Scytas y en general de los pueblos que están al norte de la Grecia; ó este espíritu curioso y ambicioso de ciencia que con razon puede atribuirse á nuestra nacion; ó en fin este espíritu de interés que caracteriza á los Phenices y á los Egipcios, tomen su orígen de otra parte que de los particulares que componen cada una de estas naciones. Glauc. No tiene duda. Soc. Esto seguramente es cierto, y no es precisamente en este punto en el que consiste la dificultad. Glauc. Ciertamente que no. Soc. Lo que verdaderamente es dificil de decidir, es si son en el hombre tres principios diferentes, ó si es el