todo prudente y fuerte; en lugar que la templanza está esparcida en todos los miembros del estado desde la condicion mas baxa, hasta la mas alta; entre las quales establece ella una consonancia perfecta, ora sea en prudencia, ora en fortaleza, ora se trate de arreglar el número ó las riquezas de los ciudadanos, ora qualquier otra cosa que ser pueda. De suerte que con razon puede decirse que la templanza consiste en esta concordia: que es un concierto establecido por la naturaleza entre la parte superior y la parte inferior de una sociedad, ó de un particular, para decidir quál de las dos partes debe mandar á la otra. Glauc. En todo soy de vuestro parecer.
Soc. Hemos por fin encontrado, en mi sentir, las tres cosas que hacen á nuestra ciudad prudente, fuerte y templada. Mas la que nos falta descubrir, por cuyo medio se haria virtuosa, quál seria? Claro está, que es la justicia. Glauc. Esto es evidente. Soc. Hagamos pues como los cazadores, mi amado Glaucon: cerquemos el matorral donde se ha retirado la justicia, tomemos todas nuestras medidas para impedir que se escape y desaparezca de nuestra vista, porque es cierto que ella está aquí. Mirad pues y registrad con ahinco, y enseñadmela, si por fortuna la descubrís ántes que yo. Glauc. Pluguiese al cielo que yo la descubriese. Pero no: aún seria demasiado para mí, si yo os pudiese seguir, y percibir las cosas al paso que vos me las