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drado del color de que se trata; trás lo qual la tiñen. Esta especie de tintura no se borra: y la tela, ahora se lave simplemente, ahora se jabone, nunca pierde la hermosura de su color. En lugar que si la lana que se tiñe tiene ya otro color, ó si se valen de la blanca sin prepararla; vos sabeis muy bien qué tinte toma ella entónces. Glauc. Yo sé que el color se pierde con facilidad, y que no tiene hermosura. Soc. Imaginaos pues que nosotros nos hemos esforzado hacer lo mismo, escogiendo nuestros guerreros con tanta precauciones, y preparandoles por medio de la música y de la gymnástica. Nuestra intencion en esto no ha sido otra, que la de que ellos tomen una tintura profunda de las leyes, á fin que su alma bien nacida y bien criada, quedase de tal modo penetrada de la idéa de las cosas que son de temer, así como de todas las otras, que ninguna lavadura pudiese borrarla, ni la del placer, que es para esto mas eficaz que la cal y el jabon; ni la del color, ni la del temor, ni la del deseo, mas fuertes que todo otro purgante. Á esta justa y legítima idéa de lo que es de temer y de lo que no lo es; idéa que nada puede borrar, es á lo que yo llamo fortaleza, y lo aseguro; á no ser que vos digais otra cosa. Glauc. No se me ofrece que decir: porque me parece que vos sin duda dais otro nombre que el de fortaleza, á esta idéa, quando no es fruto de la educacion, y á este esfuerzo brutal y ferón, quando no le veis dirigido por las leyes.