ro de alguna suficiente luz, descubrir en ella en qué parage residen la justicia é injusticia, en qué se diferencian la una de la otra, y á quál de las dos debe uno atenerse para ser sólidamente felíz, ora se oculte, ora no de la vista de los dioses y de los hombres. Glauc. En vano nos empeñais en esta averiguacion, sino entrais vos en ella con nosotros. Vos no lo habeis prometido, declarandonos al principio como que era una impiedad no defender la justicia con todo vuestro poder. Soc. Mis propias palabras son las que me traeis á la memoria: voy á cumplirlo como lo he dicho; pero es menester que vosotros ayudeis. Glauc. Asi lo haremos. Soc. Espero que encontraremos de este modo lo que buscamos. Si las leyes que nosotros hemos establecido son buenas, creo, que nuestra ciudad debe ser perfecta. Glauc. Es como preciso. Soc. Es pues cosa clara, que ella es prudente, fuerte, templada y justa. Glauc. Es evidente. Soc. Luego qualesquiera que sean de estas quatro calidades las que descubramos en ella, lo restante será lo que nos falte descubrir. Glauc. Sin diputa. Soc. Como si de otras quatro cosas buscasemos una en determinado sugeto, y la encontrasemos desde luego, habriamos hecho quanto habia que hacer: y si conociesemos de pronto las tres primeras habriamos conocido por lo mismo la quarta; pues que es evidente que ésta seria la que nos faltaba descubrir (II). Glauc. Vos teneis razon. Soc. Aplicaremos pues este método á la averiguacion de
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