Soc. Tales son, tocante á los dioses, los discursos que conviene, ó no conviene que oiga la juventud, cuyo objeto principal debe ser honrar á los dioses y á sus padres, y mirar la concordia entre los ciudadanos, como uno de los mas grandes bienes de la sociedad. Adim. Lo que nosotros hemos disputado en este punto, me parece muy acertado. Soc. Ahora pues, si queremos que ellos sean esforzados, no será preciso que quanto se les diga se ordene á hacerles no temer la muerte? Ó pensais vos que pueda uno ser esforzado, teniendo consigo este temor? Adim. Par diez que no lo pienso. Soc. Pero cómo un hombre persuadido de la existencia de los infiernos (1) y del horror que reyna en estos lugares, podria no temer la muerte? Adim. Esto es imposible. Soc. Nuestra obligacion pues parece que es cuidar tambien de los que se ocupan en discurrir sobre este asunto, y encargar á los poetas que conviertan en elogios todo el mal que dicen comunmente de los infiernos; tanto mas que lo que ellos cuentan ni es verdadero, ni conducente para inspirar confianza á los guerreros (2). Adim. Sin duda debemos hacerlo. Soc. Borremos pues de las obras de Homero todos los