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en gran manera al descubrimiento de lo que buscamos. En verdad que pienso lo mismo, le dixe yo: y así mi amigo Adimanto, entremos en este exámen y no lo dexemos por largo que sea. Adim. Ciertamente que no. Soc. Ea pues instruyamos nuestros guerreros por modo de conversacion á la manera de aquellos que por pasar el tiempo se entretienen en contar cuentos. Adim. Soy muy gustoso, por ser lo mas acomodado.

Soc. Pero qué educacion conviene darles? Es dificil, creo yo, encontrar mejor que aquella que de largo tiempo está en uso entre nosotros, y consiste en formar el cuerpo con la gymnástica, y el alma con la música (26). Adim. En efecto es así. Soc. No empezaremos pues nosotros su educacion por la música ántes que por la gymnástica? Adim. No hay inconveniente. Soc. Pero quando hablais vos de la música comprendeis tambien los discursos, ó no? Adim. Sí los comprendo. Soc. Pero los discursos son dados especies verdaderos unos, falsos otros. Adim. Ciertamente. Soc. Entrambos entrarán en el plano de educacion, empezando por los discursos falsos. Adim. No alcanzo vuestro pensamiento. Soc. Qué! no sabeis vos que lo primero que se hace con los niños, es contarles (27) fábulas? pues aunque en éstas se encuentre á veces alguna verdad, por lo comun no son sino un rexido de mentiras, pero con ellas se divierte á los niños hasta el tiempo de enviarles al gymnasio.