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admirado este instinto en los perros? Glauc. Yo no puse mucho cuidado hasta ahora; pero de que hagan esto no tiene duda. Soc. Con todo parece que hay en este carácter natural alguna cosa singular y verdaderamente filosófica. Glauc. En qué? Soc. En que no distinguen al amigo del enemigo, sino porque conoce al uno y no conoce al otro. Cómo pues no seria deseoso de aprender, quando la regla por donde discierne al doméstico del extraño, es porque conoce al uno y desconoce al otro? Glauc. La cosa no es posible de otro modo. Soc. Ahora bien. El tener deseo de saber, y el ser filósofo, no es lo mismo? Glauc. Lo mismo. Soc. Digamos pues confiadamente del hombre, que para ser de un carácter dulce para con aquellos que conoce y para con sus amigos, es menester que sea filósofo y tenga deseo de saber. Glauc. Digamoslo en buen hora. Soc. Luego para que uno sea excelente guarda de nuestro estado, sobre ser esforzado, fuerte y ligero, debe ser tambien naturalmente filósofo. Glauc. Enteramente es así.

Soc. Tal sea pues el caráter de nuestros guerreros. Mas de qué modo les formaremos el espíritu y el cuerpo? Examinemos ántes si esta averiguacion puede conducirnos al objeto de esta nuestra conversacion, que es conocer cómo la injusticia y la justicia nacen en la sociedad, á fin de no dexarla si puede contribuir en algo, ó no omitirla si es inútil. Yo pienso, replicó el hermano de Glaucon, que este pesquisa contribuirá