una perfecta oposicion, que sea tenido por el peor de los hombres, sin haber cometido jamás la menor injusticia; de suerte que su virtud sea puesta á las mas fuertes pruebas, sin titubear ni por la infamia, ni por los malos tratamientos; sino que hasta la muerte camine á paso firme por las sendas de la justicia, pasando toda su vida por un malvado, siendo hombre de bien. Hagamos esto para que á vista de estos dos modélos, uno de justicia, otro de injusticia consumada, podamos conocer quál de los dos es mas feliz. Soc. Ó amigo Glaucon! con qué exactitud y con qué rigor despojais á entrambos, como si fueran estatuas, de todo lo que es estraño al juicio que debemos hacer! Glauc. Pongo la mayor que puedo. Siendo pues tales, quales acabo de decir, no es dificil, á lo que me parece, juzgar de la suerte que les espera al uno y al otro. Digamoslo con todo, y si lo que voy á decir os parece demasiado fuerte, acordaos, Sócrates, que no hablo de mi cabeza, sino en nombre de los que prefieren la injusticia á la justicia. Dirán pues que el justo (3) tal como le hemos pintado, será azotado, atormentado, aherrojado, y se le quemarán los ojos; y en fin despues de haberle hecho sufrir todos los males, se le pondrá en cruz, y por este medio se le hará conocer, que no se debe ocupar. de ser justo, sino de parecerlo. Pero el verso de Eschylo (4) con mas razon dirán que debe aplicarse al malo, porque no arreglando su conducta por la opinion de los hombres,
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