buena, al contrario, que lo haga bien todo esto. Thrasim. Es muy preciso. Soc. Pues no hemos quedado de acuerdo en que la justicia era la virtud, y la injusticia el vicio del alma? Thrasim. Acordadolo hemos. Soc. Seguirase pues que el alma justa y el hombre justo, vivirán bien; y el hombre injusto vivirá mal. Thrasim. Así debe de ser segun lo que vos decís. Soc. Mas aquel que vive bien es dichoso y feliz; y el que mal, desdichado? Thrasim. Quién lo duda? Soc. Luego el justo es feliz, y el injusto malaventurado. Thrasim. Sean en buen hora. Soc. Pues el ser desdichado no es nada provechoso; pero sí el ser feliz. Thrasim. Quién os dice lo contrario. Soc. Luego es falso, divino Thrasimaco, que la injusticia sea mas provechosa que la justicia. Thrasim. Regalaos, ó Sócrates, con estos bellos discursos en la fiesta de Diana (58). Soc. Á vos, ó Thrasimaco, os soy deudor, despues que os suavizasteis y dexasteis el mal humor que teniais conmigo. Con todo no me he regalado como hubiera querido: mia ha sido la culpa y no vuestra. Sucedióme lo que á los glotones, que andan salpicando todos los manjares sin saciarse de ninguno. Antes de resolver la primera qüestion que fué propuesta sobre la naturaleza de la justicia, dexandola indecisa me fui á buscar, sí ella era vicio ó virtud, sabiduría ó ignorancia. Cayendo despues la conversacion en si la injusticia es mas ventajosa que la justicia, no pude ménos de dexar la primera para pasar á
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