conocer hasta qué grado de luz plugó á Dios el conducirles. Por poco que se reflexione sobre lo que enseñaron, dice Mr. Dacier, se ve claramente que para cerrar Dios la boca á la incredulidad, preparaba ya la conversion de los gentiles, tantas veces predicha por los Profetas; porque á la verdad obra de Dios fué, y como un preludio de esta conversion, que dos paganos, en la mas idólatra de todas las ciudades, y quatrocientos años ántes que la luz del evangelio alumbrase al universo, anunciáran y probáran una gran parte de las verdades de la religion christiana. Digna es de notarse la circunstancia del tiempo, pues que Platón empezó á divulgar las doctrinas de Sócrates poco despues que muriéron los tres últimos Profetas que hubo en Israél. De suerte, que al punto que cesaron los Profetas entre los judíos, suscita Dios filósofos que empiezen á ilustrar á los gentiles, y sirvan de desengaño al hombre sobre lo poco que puede su flaco y débil entendimiento sin los auxílios de la revelacion, á vista de que estos sublímes ingenios desde la cumbre de los mas elevados pensamientos, se despeñan en el
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VII