nombre de virtud, y á la otra el nombre de vicio? Thrasim. Por qué no? Soc. Y probablemente vos dareis el nombre de virtud á la justicia, y el de vicio á la injusticia? Thrasim. Buena traza tiene, precioso; puesto que pretendo yo que la injusticia es útil, y la justicia no lo es. Soc. Pues qué es lo que vos decís? Thrasim. Todo lo contrario. Soc. Qué? la justicia es un vicio? Thrastm. No por cierto; pero es una solemne fatuidad. Soc. Luego llamais malignidad (53) á la injusticia? Thrasim. No, sino sagacidad. Soc. Acaso pues, ó Thrasimaco, para vos los injustos son hombres prudentes y buenos? Thrasim. Sí, aquellos que son injustos en supremo grado; qué son bastante poderosos para sujetar ciudades y reynos. Vos creeriais tal vez que yo queria hablar de los corta bolsas. No es que este oficio no tenga tambien sus utilidades, miéntras se exercita impunemente; pero estas ventajas nada son comparadas con las que acabo de referir. Soc. Conozco muy bien lo que vos quereis decir; pero lo que me sorprende es, que coloqueis la injusticia al lado de la virtud y de la sabiduría, y la justicia en la parte contraria. Thrasim. Esto es no obstante lo que yo pretendo.
Soc. Esto es ya muy duro, amigo, y no sé qué medio tomar para refutaros. Si vos dixeseis siquiera, como algunos otros, que la injusticia aunque útil, es una cosa en sí vengonzosa y mala, se os podria responder lo que se responde vulgarmente (54). Pero pues que vos os