Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/123

Esta página ha sido validada
(37)

exerciese gratuitamente? Thrasim. Ninguno. Soc. Entónces pues su arte dexaria de serle útil? Thrasim. Así lo pienso. Soc. Luego es evidente, vuelvo á decir, ó Thrasimaco, que ningun arte, ningun empleo procura su propio interés, sino, como hemos ya dicho, el interés de su súbdito; es decir, que procura y ordena lo provechoso al mas débil y no al mas fuerte. Á causa de esto decia yo poco ha, amigo Thrasimaco, que nadie se entrometia á gobernar y enderezar males agenos de gracia, sino que exigia alguna recompensa; porque el que quisiese exercer su arte como debe, nada sacaria de bueno para sí; segun los preceptos del arte, sino meramente para el súbdito. Para obligar pues á los hombres á que tomasen los empleos, parece que fué preciso proponerles alguna recompensa, como dinero, honores, ó algun castigo si rehusaban aceptarlos.

Glauc. Cómo entendeis vos esto, Sócrates? Porque yo bien conozco las dos primeras especies de recompensa; pero no alcanzo qué cosa sea este castigo que vos proponeis como una tercera especie de recompensa. Sóc. Luego no conoceis vos la recompensa de los sábios, movidos de la qual se determinan á tomar parte en los negocios? ó acaso ignorais que el ser ambicioso é interesado es cosa vergonzosa, y tenida por tal? Glauc. Yo lo sé muy bien. Soc. Por esto pues no quieren los hombres de bien entrar en los empleos públicos movidos de las riquezas y del