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VI
 

quando usurpados sus ilustres apellidos por otras obscuras y bastardas, vienen á parar en que no se sabe distinguir quienes sean los verdaderos herederos, que tengan derecho de llevar aquel nombre. Á causa de esto se halla hoy dia, como en los tiempos de Platón, desconocida, abatida y despreciada esta profesion, hasta no tenerse idea ninguna del verdadero filósofo; cuyo carácter consiste en ser prudente, justo, fuerte y templado; en amar la verdad, huir del deleite, renunciar á todos sus deseos, y en quanto sea posible despreciar su cuerpo, opuesto siempre á la sabiduría; en no temer ni la pobreza, ni la afrenta que pueden padecerse por sostener la justicia y la verdad, en hacer bien á todos los hombres, aun hasta sus mismos enemigos, y no pensar en otra cosa que en morir bien, y para conseguirlo renunciar á todo y renunciarse á sí mismo. Esta idea tuviéron los mas ilustrados paganos Sócrates y Platón, y de consiguiente tuve por cosa útil y provechosa hacer ver mediante esta traduccion el progreso cierto y visible que ellos hiciéron en la averiguacion de estas verdades, y