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solamente es justo hacer lo que es ventajoso, sino aun tambien lo que es perjudicial al mas fuerte. Thrasim. Qué es lo que vos decis? Sóc. En mí sentir, lo mismo que vos. Sin embargo, averiguemoslo mejor. No quedamos convenidos en que los que gobiernan se engañan á veces sobre sus intereses, en las leyes que imponen á los súbditos, y que es justo que los súbditos sin distincion executen quanto les fuese mandado? No es cierto, que nos convenimos en esto? Thrasim. No puedo negarlo. Sóc. Confesad pues tambien, que en diciendo, que es justo que los súbditos hagan todo lo que les es mandado, os habeis convenido en que la justicia consiste en hacer lo que es perjudicial á los que gobiernan, esto es, á los mas fuertes, quando sin quererlo, mandan ellos cosas contrarias á sus intereses. En tal caso pues, sapientísimo Thrasimaco, no es preciso concluir que es justo hacer todo lo contrario de lo que vos decís, por quanto entónces lo que es mandado al mas débil, es perjudicial al mas fuerte? Polem. Par diez, Sócrates, que esto es evidente. Clitoph. Si es que (42) tú lo atestiguas, Polem. Y qué necesidad hay de testigo? pues que el mismo Thrasimaco confiesa, que los que gobiernan mandan á veces cosas contrarias á sus intereses, y que es justo aun en este caso que los súbditos obedezcan. Clitoph. Thrasimaco dixo solamente, amigo Polemarco, que era justo que los súbditos hiciesen lo que les era mandado. Polem. Y ademas añadió, querido Clitophón, que la justicia