Página:Plagiado (1896).djvu/195

Esta página no ha sido corregida
187
LA HUIDA ENTRE LOS MATORRALES: LAS ROCAS


CAPÍTULO XXI

CONTINÚA LA HUIDA ENTRE LOS MATORRALES


Á PESAR de lo temprano que amanece á principios de Julio, reinaba la obscuridad cuando llegamos á nuestro destino, que era una grieta ó abertura en la cima de una gran montaña, con una corriente de agua en el centro y una especie de caverna en una roca.

Había allí un bosquecillo de abedules y á cierta distancia un bosque de pinos.

El agua estaba llena de truchas, y el bosque de palomas torcaces; en los lados de la montaña había cuclillos en abundancia. Desde el lugar en que estábamos, se veía abajo una parte de Mamore y del brazo de mar que separa esa región de Apín. Tenía dicho lugar el sonoro nombre de Corrynak, y allí pasamos cinco días.

Dormíamos en la cueva, formando nuestra cama de hojas y ramas que cortamos con ese objeto, cubriéndonos con el gran gabán de Alán. Había un lugar oculto, donde tuvimos la osadía de hacer lumbre, de modo que podíamos calentarnos, cuando las nubes cubrían aquella altura, y además cocinar nuestro potaje y asar las pequeñas truchas que cogíamos con las manos entre las piedras de la corriente de agua. Esto era nuestro placer y ocu-