Página:Pensamientos, máximas, aforismos y definiciones de las obras de Shakespeare (1879).djvu/79

Esta página ha sido corregida
75

¿por qué brindas reposo en esas horas terribles al mojado grumete y en la noche más serena y tranquila, sin atender á las súplicas ni á las ventajas del fausto, lo rehusas á un rey? Ah! dormid tranquilamente, venturosos miserables! El que ciñe una corona no reposa jamás!


Gran Dios! Que no se pueda leer en el libro del destino, y á efecto de las revoluciones seoulares, ver aplanarse los montes, fundirse el sólido continente en los océanos! Que al través de tiempos más remotos, no veamos las cinturas de playas tomar descomunales proporciones para las caderas de Neptuno! Que no sea dable adivinar los misterios del porvenir ni los diversos licores que llenan la copa de las vicisitudes! Oh! si todo esto pudiera conocerse, el joven más dichoso, en presencia de su trazada ruta, de los peligros por vencer, tolas travesías futuras, tan solo querria cerrar el libro, sentarse y morir. — Rey Enrique IV: 1.° parte, acto 3.°, esc. 1.ª

EL REY ENRIQUE V,
MOMENTOS ANTES DE LA BATALLA DE AZINCOURT, PESANDO LA
RESPONSABILIDAD DE SUS ACTOS Y LOS SORDOS CLAMORES DE
ACUSACION QUE LE DIRIGE LA MALEVOLENCIA DE ALGUNOS
VASALLOS.


¡A cargo del rey! ¡nuestras vidas, nuestras almas, nuestras tiernas esposas, nuestros hijos y nuestros pecados á cargo del rey! ¡Responder