Página:Pensamientos, máximas, aforismos y definiciones de las obras de Shakespeare (1879).djvu/76

Esta página ha sido corregida
72

nes y á las doncellas; á ese que, no pudiendo ya mancillar en la tierra sino el título de virgen, priva de él á las vírgenes pobres; á ese hidalgo de dulce fisonomía, ¡el adulador Interés! ¡el interés, flaco del mundo! — El mundo que, bien equilibrado desde su formacion, fué hecho para rodar sin tropiezos, rodaba en llana senda, cuando el amor al lucro, ese vil, arrastrador incentivo, el Interés, lo forzó á tomar por mil caminos diferentes, desviándole de su direccion, de sus leyes, de su curso y de su fin. ¡Sí, ese embaucador Interés, rufian que perjura sin tregua, batiendo palmas en presencia del veleidoso rey de Francia, le ha apartado de su mision salvadora, de la honrosa lid proyectada y contreñido á firmar un ajuste por demás innoble y rastrero! — Mas yo, ¿por qué declamo así contra el Interés? Tan solo pc, rque no me ha sonreido aún, no porque tenga el valor de e.errar la diestra á sus gratas efigies de oro si quieren un dia amontonarse en ella; es, en verdad, porque mi mano, libre hasta aquí de tentaciones, va en pós del poderoso como un pobre mendigo. ¡Ah! en tanto que sea miserable, alzaré la voz para pregonar que la opulencia es el mal de los males; mas cuando me vea rico, tendré á virtud decir que la mendicidad es la cuna de los vicios.

Pues que los reyes violan sus juramentos segun su conveniencia, ¡Interés, sé mi Dios! ¡yo quiero adorarte! — Rey Juan: Acto 2.°, ese. 2.ª final.