La jóven más recatada se prodiga en demasia si descubre sus encantos á la luna. — Acto 1.º, escena 3.ª
Un átomo de impureza reduce frecuentemente mil valiosas perfecciones á la entidad de lo impuro. — Acto 1.°, esc. 4.ª
Así como la virtud jamás se dejará rendir aun cuando el vicio la apremie en forma celestial, la incontinencia, por más que esté unida á un radiante querubin, sintiendo hastío en su divino tálamo, se cebará en basura. — Acto 1.º, esc. 5.ª
La ambicion en sí, no es realmente más que la sombra de un sueño. — Acto 2.º, esc. 2.ª
Con cara de devocion y una actitud piadosa catequizamos al propio Lucifer. — Acto 3.º, esc. 1.ª
El poder de la hermosura convertirá á la honestidad en alcahueta antes que la fuerza de la honestidad logre dar á la belleza su semejanza. — Acto 3.º, esc. 1.ª
La virtud no puede enjertarse tan por completo en nuestro envejecido tronco, que no nos quede algo del antiguo sabor. — Acto 3.°, esc. 1.ª
La locura de los poderosos no debe quedar sin vigilancia. — Acto 3.°, esc. 1.ª
Felices aquellos cuya sangre y cuyo juicio se