No hay tiempo tan miserable que impida á un hombre el ser honrado. — Acto 4.º, esc. 3.ª
El temor y la desconfianza llegan, por desgracia, cuando todo está perdido. — Acto 4.°, escena 3.ª
Prometer, es lo más corriente y urbano; cumplir, équivale á otorgar testamento ó codicilo, lo que revela siempre una gran enfermedad en el juicio del que lo hace. — Acto 5.°, esc. 1.ª
Los hombres tienen instantes en que son dueños de sus destinos. — Act. 1.º, esc. 2.ª
Los cobardes mueren muchas veces antes de morir; los valientes no sufren más que una muerte. — Acto 2.º, esc. 2.ª
Que hay que morir, lo sabemos de sobra. Lo único de que se preocupan los hombres es del tiempo y plazo en que ha de ser. — Acto 3.º, esc. 1.ª
Cuando la amistad comienza á flaquear y á extinguirse, pone empeño en acentuar su cortesía. — Acto 4.º, esc. 2.ª
Todas las empresas humanas tienen una marea creciente que, aprovechada á tiempo, conduce á la fortuna. — Acto 4.º, esc. 2.ª