No basta levantar al débil; hay que sostenerlo despues. — Acto 1.º, esc. 1.ª
El retrato es casi un sér viviente; pues desde que la infamia trafica con los sentimientos naturales, el hombre no es más que exterior. — Acto 1.º, esc. 1.ª
El que gusta ser adulado es digno del adulador. — Acto 1.°, esc. 1.ª
Si la generosidad tuviese ojos en la espalda, el hombre no seria jamás víctima de su corazon. — Acto 1.º, esc. 1.ª
Más feliz es el hombre que no tiene amigos á quienes alimentar, que el que está rodeado de amigos más funestos que enemigos. — Acto 1.º, escena 2.ª
La carrera del pródigo se parece á la del sol; pero no se renueva como la de éste. — Acto 3.°, esc. 4.ª
Nada enardece tanto el crimen como la misericordia. — Acto 3.º, esc, 5.ª
La piedad es la virtud de la justicia y solo los tiranos la ejercen cruelmente. — Acto 3.°, esc. 5.ª
La miseria resignada vive mejor que la opulencia inquieta y alcanza más pronto el fin de sus deseos. — Acto 4.°, esc: 3.ª