ligeras palomas tiran del carro del amor; por eso Cupido, veloz como el aire, tiene alas. — Acto 2.°, esc. 5.ª
Los violentos trasportes tienen violentos fines y en su triunfo mueren: son como el fuego y la pólvora que, al ponerse en contacto, se consumen. — Acto 2.º, esc. 6.ª
La más dulce miel, por su propia dulzura, se hace empalagosa y embota la sensibilidad del paladar. — Acto 2.º, esc. 6.ª
El amor permanente es moderado. — Acto.2.°, esc. 6.ª
El que va demasiado aprisa llega tan tarde como el que va muy despacio. — Acto 2.°, esc. 6.ª
La luz de su propia belleza basta á los amantes para celebrar sus amorosos misterios; y dado que el amor sea ciego, mejor se conviene con la noche. — Acto 2.°, esc. 6.ª
Cuando la fortuna, por un caprichoso cambio de humor, derriba á su favorito de ayer, todos los servidores que, arrastrándose de manos y rodillas se esforzaban por subir a la soñada cumbre persiguiendo sus pasos, le dejan despeñar, sin que ninguno le acompañe en su caida. — Acto 1.º, escena 1.ª