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cruel angustia que si se nos separara el alma del cuerpo. — Acto 2.°, esc. 3.ª
Vale más tener un modesto origen y vivir satisfecho entre los humildes, que pavonearse en un enojo espléndido y revestir una tristeza de oro. — Acto 2.º, esc. 3.ª
El corazon de los reyes ama á tal punto la obediencia, que le brinda su.agasajo; pero se subleva y estalla como una terrible tempestad contra las almas que no se rinden. — Acto 3.º, esc. 1.ª