Cada gota de sangre inocente es una maldicion, un terrible anatema contra el mortal inicuo que afila el hierro destructor de la efímera humanidad. — Acto 1.°, esc. 2.ª
Los juramentos no son más que aristas de paja, y la fé de los hombres hojas de oblea. — Acto 2.º, esc. 3.ª
En caso de defensa, lo acertado es suponer al enemigo más fuerte de lo que parece; pues solo asi, se da la debida extension á los medios defensivos: hacer escasa y débil provision de estos, es imitar al avaro, que echa á perder un traje por ahorrarse un poco de paño. — Acto 2.º, escena 4.ª
La gloria, lo mismo que un circulo en el agua, dilata sin interrupcion su circunferencia, hasta que, á fuerza de extenderse, se disipa por completo. — Acto 1.º, esc. 2.ª
De todos los sentimientos viles, el miedo es el más reprobado. — Acto 5.°, esc. 2.ª
La afliccion, más que un cordial, es un corrosivo para los males que no tienen cura. — Acto 3.°, esc. 3.ª