El afan humano aspira, sobre todo, á mantener la existencia con honor, bienestar y contento hasta su fin; y en alas de tal deseo, luchamos con tantos escollos, que exponemos un bien por todos ó todos los bienes por uno. — Est. 21.
En nuestros locos intentos, renunciamos á lo que somos por lo que esperamos ser, y esta torpe, ambiciosa fiebre de poseerlo todo, nos atormenta tanto con la deficiencia de lo que tenemos, que no nos cuidamos de lo poseido, y solo por falta de razon, reducimos á nada lo que queremos aumentar. — Est. 22.
Pobres desmanes impresionan á pobres desventurados; el amor no prospera en corazones que se amedrentan de las sombras. — Est. 39,
Los pensamientos no son más que sueños, en tanto que no se hacen patentes sus efectos. — Est. 51.
El hielo de la timidez se disuelve al fuego del amor. — Est. 51.
La falta ignorada es como un pensamiento sin realizar. — Est. 76.
Si el ultraje de un vasallo no logra borrarse nunca, las malas acciones de los reyes tienen que vivir eternamente. — Est. 87.
Los principes son el espejo, la escuela y el li-