Las horas de los amantes son largas, aunque parezcan cortas. Si gozan de un mútuo contento, se imaginan que los demás disfrutan de la misma satisfaccion y comparten igual placer. Sus largas historias, hartas veces referidas, acaban sin auditorio y jamás tienen fin. — Est. 141.
El dolor tiene dos lenguas, y ninguna mujer, hasta ahora, ha sabido hacer uso de ambas, sin saber como diez mujeres. — Est. 168.
El honor y la belleza bajo la guarda del propio favorecido, poca resistencia ofrecen contra un mundo de asechanzas. — Est. 4.
El oir, es causa frecuente de las seducciones del corazon humano. — Est. 6.
El ánsia de vencer tiende incansablemente á la victoria, y cuando un gran tesoro es el precio que se aguarda, aunque lleve consigo la muerte, la muerte no se toma en cuenta. — Est. 19,
Los que desean mucho, se afanan tanto por adquirir, que tiran y derrochan sin provecho lo que, sin poseer, tienen en sus manos, y así, por aguardar lo más, alcanzan al fin lo menos. Y si consiguen adelanto, el fruto de él es solo una saciedad, una inquietud tàn constante, que se ven arruinados por la pobre riqueza de su medro. — Est. 20.