pero al mismo tiempo, carentes de valores. Y una instrucción sin valores, nos conduce a la destrucción social y del medio ambiente.
La disyuntiva es muy antigua. Educar para la vida o instruir para el trabajo. A partir de la Revolución Industrial, la educación ha ido perdiendo terreno frente a la instrucción. El utilitarismo, el pragmatismo y el individualismo se han impuesto, sobre el sentido humanista, espiritual y comunitario. La educación se ha convertido en un negocio, directa e indirectamente, y en un medio de sometimiento y enajenación.
En México contamos con un milenario legado educativo, único en el mundo.
Pero debido a los procesos de colonización, ha estado negado al magisterio
nacional en la construcción de modelos educativos, que estén más cerca de
lo que hemos sido y somos como pueblo. Resulta imprescindible que el
maestro deje de importar nuevas teorías, y en cambio, investigue y descubra
este legado educativo del cual forma parte, para mejorar su desempeño
profesional.