En la lengua náhuatl, lengua franca en todo el Anáhuac, no existía el concepto occiental de "arte". Las expresiones artísticas estaban intrínsicamente ligadas a la concepción de la divinidad suprema, entendida como algo abstracto, que no se podía ver ni tocar, pero que era el medio por el cual el Espíritu se expresaba. Este "lenguaje" era entendido como "flor y canto", es decir, la belleza que significa el perfecto equilibrio del mundo material.
En la casa del canto, además de socializar varones con mujeres realizando
actividades artísticas de manera conjunta, como: el baile, las
representaciones que podríamos llamar "teatrales", el canto, la ejecución de instrumentos musicales, la poesía, la oratoria, la pintura, la escultura, el grabado, el arte plumario, la talla de madera y muchas otras, dependiendo
del lugar y el tiempo histórico. Pues no debemos de perder de vista que
fueron por lo menos tres milenios de implantar este sistema, en diferentes
culturas, en diferentes etapas de evolución y diversos lugares geográficos.
Pero en general, la educación tuvo una matriz filosófica cultural que emanó
de la Toltecáyotl, en la que en el periodo Clásico encontró su epicentro en
Teotihuacán y los toltecas, fueron "los venerables maestros" del Anáhuac.