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VIII. EL CONOCIMIENTO SILENCIOSO

Primera edición en inglés, 1987
Primera edición en español, 1988
Título original: The Power of Silence
Emecé Editores, S.A. Argentina
315 páginas

INTRODUCCIÓN

Llegamos al octavo libro de Castaneda; el conocimiento que Don Juan le ha enseñado en sus dos partes parece que ha quedado ensamblado. En la introducción de este libro Don Juan le dice que jamás estuvo aprendiendo brujería, sino simplemente ahorrando energía. Y es precisamente esta energía ahorrada la que le ha permitido a Castaneda manejar ciertos campos de energía que el ser humano común no utiliza para percibir el mundo cotidiano.

La Toltequidad, como la llama Don Juan o Toltecáyotl, como se conoce por las fuentes históricas recogidas por los misioneros en el siglo XVI, es el arte de percibir lo que la percepción común no puede captar. Percibirse a sí mismo y al mundo que le rodea como energía y aprovechar la oportunidad de lo inconmensurable, es el "Arte de los toltecas".

Don Juan le dice a Castaneda que en realidad no hay nada que enseñar de brujería. La enseñanza de la Toltequidad lleva al aprendiz, a través de ardides, a que se dé cuenta que el mundo es mucho más de lo que nosotros percibimos comúnmente; que está conformado por un inconmensurable número de campos energéticos y que el ser humano, además de ser una carga energética, es un productor de energía rodeado de energía. El guerrero aprende, en este camino, que existe un poder desconocido en su interior y que si lo desarrolla lo puede alcanzar.

"La maestría del estar consciente de ser, es el enigma de la mente; la perplejidad que

los brujos experimentan al darse cabal cuenta del asombroso misterio y alcance de la conciencia de ser y la percepción.

El arte del acecho es el enigma del corazón; el desconcierto que sienten los brujos al descubrir dos cosas: una, que el mundo parece ser inalterablemente objetivo y real debido a ciertas peculiaridades de nuestra percepción; y la otra, que si se ponen en juego diferentes peculiaridades de nuestra percepción, ese mundo que parece ser inalterablemente objetivo y real, cambia.

La maestría del intento es el enigma del espíritu, el enigma de lo abstracto.

La instrucción proporcionada por don Juan en el arte del acecho y la maestría del intento se basaron en la instrucción del estar consciente de ser: una piedra angular que consiste de las siguientes premisas básicas:

1. El universo es una infinita aglomeración de campos de energía, semejantes a filamentos de luz que se extienden infinitamente en todas direcciones.

2. Estos campos de energía, llamados las emanaciones del Águila, irradian de una fuente de inconcebibles proporciones, metafóricamente llamada el Águila.

3. Los seres humanos están compuestos de esos mismos campos de energía filiforme. A los brujos, los seres humanos se les aparecen como unos gigantescos huevos luminosos, que son recipientes a través de los cuales pasan esos filamentos luminosos de infinita extensión; bolas de luz del tamaño del cuerpo de una persona con los brazos extendidos hacia los lados y hacia arriba.

4. Del número total de campos de energía filiformes que pasan a través de esas bolas luminosas, sólo un pequeño grupo, dentro de esa concha de luminosidad, está encendido por un punto de intensa brillantez localizado en la superficie de la bola.
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