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diabólico y los libros de los que habla el dominico fueron destruidos por los españoles. Apenas quedan unas cuantas noticias acerca de las interpretaciones. Entre las fuentes subsistentes están los pobres textos sobre los sueños de los PRIMEROS MEMORIALES y las escuetas menciones de Fray Diego Durán. Pero al menos quedaron registradas las opiniones de los misioneros en el sentido de que la interpretación de los sueños era una práctica constante y una supuesta fuente de conocimiento de gran valor para los indígenas."

Y en la página 246 del mismo libro leemos: "muy significativa es para este tema la palabra cochitiehualiztli, que no aparece en Molina, pero que registra Simeón, apoyado en Paredes. Significa 'ENSUEÑO', pero etimológicamente es 'el levantamiento cuando se está dormido'. Apoyo menor de la idea del viaje del TONALLI durante el sueño es el significado del verbo 'despertar', que según Molina es ZA NI (NI—ZA) o hualiza (NI). Su traducción literal es 'estar aquí en el segundo."

“Estoy segura de que si lo intentamos, podremos hacerlo, porque no hay pasos específicos para todo lo que hace un guerrero. Sólo hay poder personal...

Era imperativo que yo interiorizara un estado de ecuanimidad ante situaciones sociales difíciles, y para esto nadie podía haber sido un mejor entrenador que la Gorda…” C.C.

LA CONCIENCIA DEL LADO DERECHO Y LA DEL LADO IZQUIERDO

En la Toltequidad todas las facultades, posibilidades y éxitos del conocimiento, partiendo del más sencillo al más complejo, se hallan en el cuerpo humano mismo.

El cuerpo humano no es "realmente" de carne y hueso, está compuesto de células, moléculas y átomos como la parte indivisible de "esta materia" y, como sabemos, los átomos no son partículas sólidas sino cargas de energía. Por lo tanto, podemos considerar "científicamente" al cuerpo como un conjunto de cargas energéticas y, por consecuencia lógica, debemos verlo como "un ser luminoso". Lo importante no es saber que somos energía sino que podemos crear energía. Esta energía es la espiritual.

El arte del maestro es hacer "flexible" la razón del aprendiz, sin que éste "pierda la chaveta", para que así, logre aceptar que es un huevo luminoso rodeado de un mundo de cargas energéticas; que ese huevo luminoso es un perceptor y que a través de la percepción de una de sus partes (derecha o tonal) ha "creado un mundo de objetos sólidos" a través de la razón, resulta un desafío temerario.

El cuerpo, a final de cuentas, es todo cuanto tenemos. Aquí se dan las tres premisas con las que nos "igualamos" a todos los seres vivos de la tierra. La primera es que estamos vivos; la segunda, que sentimos, y la tercera, que nos vamos a morir.

Para las culturas del Anáhuac, el cuerpo era una fuente de conocimiento y tenía una profunda relación con la tierra y el cosmos. Dentro del cuerpo había dos grandes divisiones que se cruzaban en el ombligo, lugar donde, según Don Juan, la "voluntad" se conecta con el "el mundo de afuera".

El concepto de ombligo tiene profundas acepciones filosóficas en las culturas de la civilización del Anáhuac. La primera división del hombre es la que se hace de la parte de arriba (el cielo) y la parte de abajo (la tierra), tomando como punto de referencia el ombligo en un corte transversal. La segunda división es de la parte derecha (tonal) y la parte izquierda (nagual) siempre tomando como referencia el ombligo en un corte longitudinal. El punto en que convergen los cuatro lados es el centro o quinto punto.

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