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Y ellas son más feroces que yo. Sus cuerpos están impenetrablemente cerrados, no les preocupa el sexo. A mí, sí. Eso me debilita. Estoy segura de que tu preocupación por el sexo es lo que hace que te sea tan difícil replegar tu conocimiento. La Gorda continuó hablando acerca de los efectos debilitadores del sexo... C. C.'

LOS CUASI RECUERDOS DEL OTRO YO

La cultura occidental basa su conocimiento y superioridad en la razón; es un mundo de ideas y no de sentimientos. Para los toltecas el mundo y la realidad también se perciben con el cuerpo. El cuerpo registra y guarda conocimiento; lo que sucede es que nosotros jamás usamos esa información conscientemente.

Las enseñanzas de Don Juan, en consecuencia, tienen que ver mucho con el cuerpo. Una de sus preocupaciones constantes sobre Castaneda era el mal trato que le daba a su cuerpo y el mal estado en que lo tenía. Con pequeñas bromas, siempre dejaba ver la necesidad de tener un "buen tonal". Generalmente la filosofía occidental libra sus batallas en la mente y a través de la razón. La Toltequidad libra sus batallas en el cuerpo del aprendiz. Los aprendices que siguen la senda del guerrero poco a poco ven transformar sus cuerpos. La resistencia y la fuerza en el cuerpo son muestras del avance en el camino del conocimiento.

"La gorda" le dice a Castaneda que deben esperar, que al cuerpo se le debe dar una oportunidad para que encuentre una solución en la tarea de "recordar", ya que el guerrero no recuerda con la mente sino con el cuerpo. Hay que aguardar el momento oportuno para que el cuerpo "descargue" todo lo que "sabe" y trae almacenado.

"Después de oír mi relación, Néstor se maravilló de cuán distinto era el ensoñar de ellos al mío. Ellos tenían tareas concretas en un ensueño. La suya era encontrar curaciones para todo lo que afligía al cuerpo humano. La de Benigno era predecir, prever, encontrar soluciones para cualquier cosa que fuera una preocupación humana. La tarea de Pablito consistía en hallar maneras de construir. Néstor dijo que a causa de esas tareas él negociaba con plantas medicinales; Benigno tenía un oráculo y Pablito era carpintero…" C. C.

EL TRANSBORDE DE LOS LINDEROS DEL AFECTO

En el camino del conocimiento hay un momento en que el guerrero se debe despedir del mundo de sentimientos y afectos que lo acompañaron durante toda su vida. El maestro le enseña al aprendiz a ir soltando, poco a poco, todas aquellas cosas a las que el aprendiz se aferra; sin embargo, siempre quedan algunas cuantas que el aprendiz debe guardar, unas cuantas que le proporcionen, en los momentos necesarios, alegría y bienestar. Pero llegado el momento, también estas cosas se deben soltar. Al ya no vivir prendido" a los sentimientos de la vida cotidiana se le llama "perder la forma humana".

Por eso, como un guerrero sabe lo que está esperando, no quiere nada. Mientras espera deleita a sus ojos con todo lo que contempla del mundo; un guerrero cuando "mira" al mundo, ríe.

Una de las técnicas que Don Juan les enseñó a sus aprendices consistía en que debían considerar al grupo como un organismo viviente. Es común en las culturas del Anáhuac ejemplificar las organizaciones humanas con algunos animales. En la página 87 del libro de "López Austin Cuerpo humano e ideología leemos: "En los textos (nahuas] aparece una metáfora con la que se designa a los Macehualtin [el pueblo]: 'la cola, el ala'; como si el toltecáyod fuese una gran águila en la que los plebeyos tuviesen la función de

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