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VI. EL DON DEL ÁGUILA

Primera edición en inglés, 1981
Primera edición en español, 1982
Título original: The Eagle's Gift
Coedición: Provenemex, Editorial Diana
Edivisión, Campaña Editorial
Traducción: José Agustín
Página 294

Bien podríamos decir que “El segundo anillo de poder” es el prólogo de “El don del Águila”. Corresponde al período de adaptación y por ende de confusión de Castaneda. Las experiencias relatadas en este libro son las peripecias ocasionadas por el encuentro con su “grupo". Relata, además, cómo salvó las pruebas que su maestro le dejó, pero sobre todo, marca el inicio de una nueva forma de "procesar" el conocimiento recibido.

En "El don del Águila" este proceso ya es más claro y productivo para el lector. En el prólogo, el autor reitera que no se trata de un trabajo antropológico a pesar de que por años ha tratado de deducir la matriz cultural de este "sistema de conocimiento", el cual bien podría ser un relato biográfico del encuentro con este conocimiento. Vuelve a insistir el autor en que sus relatos no caen dentro de la ficción; que, por el contrario, el haber seguido las enseñanzas y llevar a cabo sus prácticas y técnicas, lo había transformado radicalmente en su vida personal y cotidiana, pues, lo que en un principio supuso un sistema y prácticas primitivas resultó un intrincado, complejo y sofisticado sistema de conocimiento anahuaca llamado Toltequidad que lo "devoró", para convertirlo en aspirante a ser "tolteca".

Este libro consta de tres partes: El otro yo, El arte de ensoñar y El don del Águila, y un apéndice. Comentaremos aquellos capítulos que nos han parecido de mayor relevancia para este trabajo que, como ya dijimos, tiene el objetivo de introducir al lector en la obra de Carlos Castaneda, pero que jamás pretende suplir la valiosa obra de Carlos Castaneda.

PRIMERA PARTE

EL OTRO YO

LA FIJEZA DE LA SEGUNDA ATENCIÓN

En una conversación que tiene Castaneda con "la gorda", ambos tocan un punto interesante sobre el pasado del México antiguo y el conocimiento de Don Juan. La base del tema es la "fijeza de la segunda atención”. Don Juan les habla dicho que algunas de las pirámides son inmensos NO-HACERES en los que los guerreros practicaban el ensueño y ejercitaban su segunda atención, por lo que, para Don Juan, estos sitios no eran lugar de alojamiento. Lo que la ciencia occidental pretende deducir al respecto, con sus investigaciones, nada tiene que ver con el pasado de estos lugares. Recordemos que para los toltecas aquellos tiempos tenían "otro tonal", y los hombres también. Quien trate de parar su diálogo interno ante las grecas de Mitla, entenderá lo que dice Don Juan.

Don Juan le recomendó a "la gorda" no pararse en las zonas arqueológicas porque eran dañinas para el hombre moderno. Le dijo además que él sabía todo acerca de las ruinas porque él era un descendiente cultural de los toltecas.

Don Juan le comentó que los brujos de otros tiempos fijaban su atención en

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