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de campo" es la única "brujería" que posee en ese nivel de conocimiento.

Don Juan dice que el tonal se debe cuidar; que una lucha dentro del propio tonal, es lo más imbécil que le puede pasar a un hombre y que, por desgracia, es lo que siempre estamos haciendo.

El camino del guerrero es armonía y equilibrio; entre el nagual y el tonal, ambos se apuntalan a sí mismos, ninguno es ni más ni menos importante que el otro.

Un tonal fuerte y libre es flexible y fluido, puede dejar "operar" al nagual; en la medida que un tonal se fortalece, menos se aferra a sus ideas y hechos y más fácil puede actuar el nagual. Porque lo que concierne al nagual sólo se puede atestiguar con el cuerpo; lo que concierne al tonal sólo se aprecia con la razón. Don Juan dice que al tonal hay que convencerlo con razones y al nagual con acciones.

"La idea es que en el momento de la muerte el otro miembro del par verdadero; el nagual, empieza a operar por completo y el sentir y los recuerdos y las percepciones guardados en nuestras pantorrillas y muslos, en nuestra espalda y hombros y cuello, empiezan a expandirse y a desintegrarse. Como las cuentas de un interminable collar roto, se desparraman sin la fuerza unificadora de la vida...

Si vamos a morir con la totalidad de nosotros mismos, ¿por qué no, entonces, vivir con esa totalidad?...

Quise mostrarte con mi traje que un guerrero trata a su tonal en forma muy especial. Te hice ver que mi traje fue hecho a la medida, y que todo lo que hoy traigo puesto me queda a la perfección. No es mi vanidad lo que quería mostrar, sino mi espíritu de guerrero, mi tonal de guerrero.

"Esas dos viejas te dieron hoy tu primera visión del tonal. La vida puede ser tan despiadada contigo como es con ellas, si eres descuidado con tu tonal..." C. C.


REDUCIR EL TONAL

A lo largo de toda la obra, Castaneda nos relata una serie de vivencias que tuvo con su maestro. Lo más asombroso es que al agrupar estas vivencias, especialmente las que relatan la vida cotidiana de Don Juan, nos damos cuenta que Don Juan era en el mundo del tonal, un ser humano común y corriente. Quien tenía su casa y su trabajo. Sí, Don Juan, el gran nahual trabajaba como cualquier persona. En la isla del tonal, era escrupulosamente impecable. Nadie que viera a Don Juan podría creer que él era un hombre de conocimiento y en este hacer, esta una de las grandes enseñanzas de los toltecas, pasar desapercibido en medio de una multitud.

En esta parte de la obra, Don Juan le da una lección sobre el tonal y su mundo. Le enseña a ser responsable de sus actos, especialmente los que realiza cuando lo visita. Los seres comunes generalmente no somos responsables de la mayoría de nuestros actos, pues actuamos con "el piloto automático" y no nos damos cuenta de lo que hacemos.

Le enseña que el tonal personal se debe de cuidar y que el mundo del tonal es para usarse. La toltecáyod enseña una forma correcta de vivir. Esta forma se logra a través del "equilibrio" del par de opuestos complementarios en que se conforma el mundo del tonal, y que los toltecas lo conocían con el principio de Ometeótl, "la dualidad divina". Tonal y nagual son un par de opuestos complementarios. De modo que el "equilibrio" se logra a través de "la medida". Sin el conocimiento de la medida no existe la posibilidad de lograr

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