EL ÁNIMO DE UN GUERRERO
En el camino del conocimiento el guerrero debe entonar a su espíritu en el ánimo correcto. Don Juan dice que buscar la perfección del espíritu es la única actividad verdadera de nuestra hombría. Un guerrero es inflexible en esa búsqueda y para ello mantiene una actitud frente a la vida y las cosas de la vida que le permite liberarse del miedo, de la ambición, de la queja y la tristeza. Un guerrero sabe que nadie le hace nada a nadie; que uno mismo se hace daño con la gente y con los sentimientos.
Un guerrero no está “enganchado” con nada ni con nadie. Por ello, el guerrero necesita del “ánimo correcto”, para librar cada batalla sobre la Tierra, pues él sabe que sin ese ánimo se “afea y enchueca”. No hay poder en una vida que carece de este ánimo. A un guerrero nadie le hace "daño", nadie lo presiona, ni lo mueve, ni lo obliga a hacer cosas que él no quiera.
Un guerrero no puede ser una hoja al viento o una lata vacía que la gente anda pateando moviéndola hacia todas partes y a ninguna. Un guerrero, cuando toma una decisión, se deja ir, y cuando ella fluye, en sus actos y en su ánimo le da templanza y fortaleza porque está entrenado para sobrevivir, y siempre sobrevive de la mejor forma. Para un aprendiz de guerrero no existe nada ofensivo en los actos y pensamientos de sus semejantes, siempre y cuando él actúe dentro del ánimo correcto. Cuando el ánimo del el correcto, un “capullo protector” generado por el “poder” lo protege.
”—Buscar la perfección del espíritu del guerrero es la única tarea digna de nuestra hombría...—Lo más difícil en este mundo es adoptar el ánimo de un guerrero —dijo él—. De nada sirve estar triste y quejarse y sentirse justificado de hacerlo, creyendo que alguien nos está siempre haciendo algo. Nadie le está haciendo nada a nadie, mucho menos a un guerrero.” C.C.
UNA BATALLA DE PODER
A través de las enseñanzas, Castaneda es llevado a un punto en el que debe tomar una decisión fundamental; el esfuerzo requerido para cruzar un "puente" determinará entrar de lleno al mundo del nagual; es dejar el "confort" y la seguridad para poder, al cruzar el puente, penetrar al maravilloso y aterrador mundo de lo desconocido.
Don Juan sugiere reiteradamente al aprendiz Castaneda que debe vivir como guerrero, con el ánimo correcto y en busca de poder; que la suma de ese poder definirá la totalidad de sus actos; que un aprendiz que adquiere suficiente "poder personal", es un ser que, —a través de la disciplina, la responsabilidad, el control y la inflexibilidad en sus objetivos y en la práctica impecable de las técnicas para perder la importancia— adquiere suficiente energía que puede canalizar para "ver" e interpretar el mundo y su propia vida en forma diferente.
Cuando el guerrero pierde poder, se pone viejo y gordo de la noche a la mañana, y como la muerte siempre lo está acechando, en el momento que el poder de un guerrero mengua, su muerte simplemente lo toca.
Don Juan le enseña a Castaneda que se necesita de toda la vida y de un
inconmensurable esfuerzo para vivir cerca del poder y, alguna vez, estar "a solas con él". El guerrero deberá tener en consecuencia un espíritu impasible y, de todo lo que haga, jamás revelará lo que en realidad siente y piensa.